Conoce al enemigo: estos son los robots que están robando tu trabajo
Partiendo del patrón de la economía estadounidense, las líneas de la productividad y la creación de empleo han permanecido, desde el final de la segunda guerra mundial, en paralelo ascenso. Hasta el año 2000: desde entonces, la productividad sigue escalando hacia cotas récord. No ocurre así con los puestos de trabajo.
El proyecto Synco, o Cybersyn, no se puede considerar un antecedente directo de internet, pero sí un capítulo paralelo, y también una de las más ambiciosas tentativas humanas, y seguramente la primera de la historia, por fusionar política, economía y tecnología informática. ¿Es posible un sistema capaz de monitorizar y controlar en tiempo real los recursos, la fuerza de trabajo, las empresas y la producción de toda una nación?
Antes de comenzar el escrutinio tecnológico del Proyecto Venus, erigido como una de las mayores utopías científicas modernas desde su constitución en 1995, a cargo de Jacque Fresco y Roxanne Meadows, fijemos una serie de conceptos para entender la tradición del pensamiento donde se encuadra.
El científico Jorge Bravo es el Ferran Adrià de los materiales. Los deconstruye. Lo ha hecho con muchos, pero su tortilla de patata es el grafeno. Tras varios años de investigación el español ha logrado comprenderlo hasta el más mínimo detalle, y fruto de la deconstrucción ha creado un nuevo material artificial a partir del original. Lo ha bautizado como grafeno fotónico. El primer hijo bastardo del material del futuro -“es grafeno artificial, hemos engañado a la naturaleza”, explica a Teknautas- no sólo imita las propiedades del grafeno natural: las supera. Además, es más barato.